Bajo la protección de Santa Theresa del Niño Jesus,
los feligreses están comprometidos a vivir como
discípulos de Jesucristo a través de la
oración, educación, compañerismo y caridad.
NUESTRO SANTO PATRONO
Santa Theresa del Niño Jesús
Festividad el 1 de octubre
Novena a Santa Teresa del Niño Jesús
Santa Teresita del Niño Jesús, toma para una rosa de los jardines celestiales y envíamela como un mensaje de amor.
Oh Pequeña Flor de Jesús, ruega a Dios que me conceda los favores que hoy confio en tus manos… (menciona petición específica)
Santa Teresita, ayúdame a creer siempre como en el gran amor de Dios por mí, y asi poder imitar tus pasos cada día.
Amén.
“Mi misión, hacer que Dios sea amado, comenzará después de mi muerte”, dijo. "Yo pasaré mi cielo haciendo el bien en la tierra. Dejaré caer una lluvia de rosas”.
Santa Theresa de Lisieux, también conocida como Santa Theresa del Niño Jesús y La Pequeña Flor, nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873. Sus padres tuvieron nueve hijos, pero los cinco que vivieron eran hijas. Theresa era la hija menor. Cuando tenía cuatro años y medio, su madre murió de cáncer. Dos hermanas, Pauline y Marie, se unieron a las Carmelitas en Lisieux mientras que otra hermana, Léonie, se unió a la Orden de la Visitación en Caen.
A los quince años, Theresa ingresó en el convento carmelita de Lisieux. Allí vivió una vida de humildad, sencillez y confianza en Dios. Con la palabra y el ejemplo, enseñó estas virtudes a las demás monjas de la comunidad. Estando en el convento, anheló el martirio y ofreció su vida por la salvación de las almas y el crecimiento de la Iglesia.
Es también en el convento donde escribió su autobiografía, La historia de un alma, donde instó a todos a seguir “El Caminito”. Según Theresa, no es necesario realizar grandes obras para alcanzar la santidad. Murió de tuberculosis a la tierna edad de veinticuatro años el 30 de septiembre de 1897.
El Papa Pío XI beatificó a Theresa el 29 de abril de 1923 y la canonizó dos años después, el 17 de mayo de 1925. Fue proclamada doctora de la Iglesia por el Papa Juan Pablo II el 19 de octubre de 1997.